22.05.2011
Con un alba gris comienza un nuevo día en la prisión Hamburg-Holstenglacis, la penumbra se mantiene hasta el mediodía. Monotonía y pesadumbre como cada uno de los anteriores 142 días de espera a la muerte. Cerca de la hora del almuerzo, se escucha el tintineo de un manojo de llaves al abrir una celda. El funcionario avisa, siguiendo las normas legales: A las 18 horas se procederá a cumplir la sentencia.
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